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Las buenas actuaciones en las últimas campañas de primera nacional y la confianza de la directiva en la plantilla actual han precipitado los acontecimiento y un día antes de terminar el plazo la entidad palmesana aceptó la plaza que le correspondía en categoría superior, formalizando tanto la inscripción como el pago de las cuotas correspondientes.
Tras cinco años sin participar en la categoría de plata las colegialas lo harán de nuevo, sus dos incursiones anteriores le dan la experiencia organizativa necesaria y las brillantes últimas temporadas avalan el nuevo proyecto. En su día se tuvo que renunciar a la superliga porque la coyuntura económica así lo recomendaba. Y no iban muy equivocados los dirigentes, puesto que han visto caer a su alrededor históricos equipos tanto de voleibol como de otros deportes, en las islas Baleares. Pero tras ese paso atrás, ahora se cree en firme que es el momento adecuado para dar de nuevo un paso al frente y asumir un nuevo reto.
Será complicado a la par que atractivo e interesante, ahora queda un duro trabajo de despachos para encontrar los apoyos tanto privados como institucionales que hagan viable el proyecto a medio plazo. El club ofrece la garantía de haber sobrevivido a la crisis que ha sufrido el deporte insular y haberse adaptado a los nuevos tiempos, demostrando que su gestión es la adecuada. Faltarán en principio patrocinios privados para hacer un equipo más fuerte, competitivo y profesional, pero se espera conseguir el apoyo necesario sumando pequeños esfuerzos. También institucionalmente se deberá arrimar el hombro, si bien no en dinero si en infraestructura y ayudas puntuales para hacer que el voleibol mallorquín vuelva a disfrutar de partidos de élite y la ciudad de Palma tenga un referente en voleibol tal y como ya lo tienen en otras islas como Menorca con el Ciutadella o Ibiza, ambas alojando equipos de superliga.
En cuanto a lo deportivo la entidad rojiblanca tiene la intención de renovar a todas las jugadoras del año pasado e incorporar a dos o tres nuevas jugadoras para apuntalar el proyecto. Aunque su filosofía no cambiará, gente de la tierra o con vínculos en ella y potenciar la cantera lo máximo posible. En la actualidad la primera plantilla contaba prácticamente en su totalidad con jugadoras mallorquinas, tan sólo una argentina nacionalizada que ya lleva 8 años en la isla, viviendo y trabajando al mismo tiempo que compagina con la práctica deportiva. Por lo que se puede decir que será una Superliga con producto balear y reflejo del buen trabajo de base que lleva realizando el club durante los últimos años.
En cuanto al banquillo no se prevé ningún cambio, el incombustible Toni Figuera se hará cargo del primer equipo nuevamente. Se da la coincidencia que esta será su 25 temporada como entrenador de voleibol y todas ellas en el mismo club, que le ha visto nacer y crecer como técnico, a la par que también lo hacia la entidad balear. recordemos que a parte de entrenador, desde hace 14 años también esta compaginando las labores de presidente, un caso único en toda la geografía española.
Con esta buena noticia para el voleibol mallorquín se abre una nueva e interesante temporada de buen voleibol que a buen seguro hará desfrutar de nuevo a los aficionados.
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